Fayos merezidos, la penumbra azecha. Todo cuanto puedas callar, correspondera. Cuerpos de espada, cuentos de cristal. Princesas de carton, donde la mas recia es agijon entre piedras. Una mesa cuadrada. No, mejor redonda, espectros abundan. Imitando figuras absurdas para alimentar los frascos de llanto. Entre mis dientes noto que se pega tu cerrar de ojos. Al abrirlos veo como los dragones atan su cola al amanecer, para que ese gesto, quede siempre atado al corazon y no huya nunca de la inmortalidad.